Pues sí. Llevo cuatro dias
confinado. Mejor dicho, autoconfinado, puesto que aún no he recibido la llamada
que me de instrucciones sobre lo que hacer al haber estado en contacto mi hijo
y yo con una persona enferma, aunque tengo claro que debo recluirme junto a él
los catorce días de rigor que los protocolos recomiendan para no poner en
peligro a los demás; en este caso al resto de niños y sus famílias del colegio
de Oriol y a la comunidad de niños/as, adolescentes y equipo educativo del Crae
(centro de protección de infancia tutelada) que dirijo en L’Hospitalet de
Llobregat.
Y sí. Como todo el mundo ando
preocupado. Estos últimos días de hecho, preocupadísimo con la gestión del
centro, sintiéndome muy impotente por no poder estar ahí y confiando ciegamente
en las actuaciones del equipo directivo de la cooperativa que lo gestiona,
abordando el tema de frente con el equipo educativo, ciertamente angustiado, y
con los niños de la Llar Infantil i los adolescentes de la Llar Juvenil.
Soy
consciente que las educadoras y educadores están haciendo un trabajo brutal de
concienciación con todos los chavales trabajando la idea que no van a salir de
allí ni ver a sus famílas en un mínimo de quince días. Desde aquí los felicito
igual que a los miles de profesionales que las próximas semanas se dedicarán a
atender personas poniendo en riesgo su propia salud.
Nuestro dispositivo ya parte de
la idea que podemos ir enfermando y teniendo que recurrir a la bolsa de
suplentes. Y si mucho empeorasen las cosas nos podríamos encontrar con que ya
no disponemos de equipo suficiente en algún momento para la atención de 24
horas que debemos dar, hecho que conllevaría turnos maratonianos para los que
quedaran o incluso confinamiento junto a los niños en caso de infecciones
dentro del centro. Yo ando calculando los días que me quedan para poder dejar a
mi hijo en casa de su madre y instalarme en el centro llegado el caso.
En fin,
tal vez se trata de aventurar cosas que aún no sabemos pero al no habernos
encontrado nunca en semejante situación vale la pena considerar todos los escenarios.
Tal vez el Covid-19 no sea
brutalmente mortal pero yo lo tomo como un serio aviso de qué podría pasar
socialmente ante una amenaza mucho más letal y la verdad, el resultado es
totalmente devastador, absolutamente triste:
- · Veo miles de famílias especialmente en Madrid pero también en Barcelona huyendo a sus segundas residencias a pasar un período de vacaciones con los niños exponiendo a otras comunidades o pueblos (muchos de ellos con elevados índices de población envejecida) con actitudes totalmente irresponsables.
- · Observo la obscena avalancha en los supermercados de personas histéricas acaparando comida de manera descontrolada, carritos con quilos y quilos de arroz, el ya famoso papel higiénico, estanterías de carnes y pescados totalmente vacías.
- · Veo en las grandes ciudades como la gente se reúne en terrazas a tomarse sus copas como si nada, las discotecas madrileñas repletas, los restaurantes y bares obligados por la policía a cerrar, empresas que aprovechan para despedir a gente, la patronal junto a sindicatos apoyando despidos masivos, toreros en la televisión dando consejos de salud, a los políticos que desmantelaron de manera criminal la sanidad pública haciendo llamadas por twitter para aplaudir desde los balcones a las 10 de la noche a todos los sanitarios que se dejan la piel...
- · Veo un gobierno español totalmente inútil, haciendo llamadas al patriotismo más patético y anulando competencias a las comunidades que sí que ya han actuado y están activando planes útiles, entrando de lleno en la centralización decimonónica que cómo siempre –y pese a que el pringado de Pedro Sánchez rebuzne lo contrario- siempre llevaron a este estado inventado al desastre.
- · Veo como gracias a los nefastos gestores de la comunidad y el ayuntamiento de la capital del “reino” el vírus en España representa ya el lugar del mundo con una mayor expansión de contagios en menor tiempo. Unos cracks.
- · Veo como se habla de solidaridad pero no la acabo de ver por ningún lado cuando un montón de famosillos, políticos y otros ya han dado positivo (señal de que les hacen el test) y miles de personas aguardan en sus casas por símple sentido común con la incertidumbre de si estarán o no infectadas.
- · Veo ataques xenófobos a la comunidad china y cómo esta responde con verdadera solidaridad regalando mascarillas o cerrando antes que nadie sus negocios.
- · Veo como servicios como el mío no estamos en boca de nadie ni importamos socialmente pese a que tengamos responsabilidad sobre la vida de personas durante 24 horas al día. Para nosotros la única respuesta ha sido “tirad del equipo y de la bolsa de suplentes”. Y yo me pregunto ¿cuando caigan o si caen todos quién se va a hacer cargo de la vida de niños y niñas cuyo tutor legal es la propia Generalitat?
Veo muchas cosas y caigo en el
cabreo supino o en el nerviosísmo. Estoy atrapado en casa y miro tanto por mi
família como por los chicos y chicas de los que soy guardador legal. Me siento
algo impotente puesto que siento que mi lugar ahora debería ser estar en el centro,
liderar al equipo, calmar los ánimos, reunir a los chavales y promover un
proyecto común de responsabilidad y precaución. Pero no lo puedo hacer desde
allí y me mareo en casa pensando en como puede evolucionar todo.
Si soy realista creo que la
mayoría nos vamos a infectar y me preocupa saber cómo vamos a proteger a
nuestros mayores y cómo vamos a evitar el colapso de un sistema sanitario ya
tocado de muerte gracias a gobiernos anteriores. Se trata de una situación
nueva que nos va a poner a prueba como sociedad. Otro tema va a ser la crisis
económica monumental que va a seguir a la pandemia y que creo modestamente que
va a cambiar el devenir de nuestras sociedades ayudando a apostar por
precarizantes trabajos por horas, instaurando el teletrabajo para quien pueda,
reducciones de costes y tal vez llevando a una renta bàsica universal que más
que ubicarse en la órbita del derecho lo va a estar en la de la supervivencia
extrema.
No puedo decir que nos agarremos por las curvas que vienen porque ya
estamos de lleno en ellas.
Salud, más que nunca y seamos
responsables.
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