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sábado, 30 de marzo de 2024

La muerte de la Eso, Telegram y las cold wallets



Supongo que tras leer el título alguien pensará que me he fumado esta mañana algo muy potente. De momento sólo he tomado café con canela y maca. Desconozco si esa mezcla me amplía la percepción o sólo me ayuda a sobrellevar este martes lluvioso.

Hoy no voy a escribir tanto como educador social sino más bien como pedagogo, como ciudadano y papá algo rallado.

El motivo de sacar el móvil esta mañana en el metro y empezar a escribir se debe a la conversación que mantuve con mi hijo de casi trece años el pasado viernes a propósito de sus resultados en las cualificaciones del segundo trimestre de primero de Eso en el instituto público en el que ha estrenado su etapa preadolescente este curso. 

Sus resultados son muy buenos pero yo estuve reflexionando con él acerca de la escasa mejora respecto al anterior trimestre y más aún sobre su nivel de esfuerzo, más bien tibio en aquello que no le agrada. La conversación fue derivando poco a poco hacia un análisis crítico de mi hijo respecto el instituto. Yo le escuché atentamente durante los diez minutos intensos que, andando dando vueltas por la sala y con diversos saltos emocionales, me fue explicando qué pensaba él de la Eso. Voy a transcribir literalmente -lo más que recuerdo- sus frases:


Papa, no entiendo porque nos torturan de esta manera. ¿Qué sentido tiene? Estoy horas y horas en la clase repitiendo cosas sin cesar, pensando en cuánto falta para terminar y ser libre. Estoy allí aburrido día tras día haciendo trabajos o escuchando cosas que no sé para qué me servirán. Cuando hay un tema interesante para investigar o saber más no lo abordamos y nos quedamos detenidos en tonterías que se repiten una y otra vez en buena medida porque hay muchos chicos en la clase que se portan mal y los profes se cabrean y no pueden estar por todos y a los que nos interesa algo para investigar nos quedamos con las ganas y aburridísimos por los continuos parones y vuelta a empezar con lo mismo una y otra vez. En los trabajos de grupo me ponen con los que no tienen interés en nada y se pasan todo el rato viendo vídeos de youtube y después el profe se cabrea conmigo porque me quejo que tengo que hacer el trabajo yo solo y si no lo hago solo entonces queda una mierda de trabajo y no aprendo nada. Y cuando propongo una idea para mejorar el proyecto de robótica la profe me dice que me ciña al temario y tengo que hacer ese rollo que lo sé hacer desde hace años y me aburro mucho y después me ponen en las notas que he tenido una actitud pasiva. En la hora de lectura también pasa lo mismo porque no puedo leer el libro a mi rollo y tengo que ir al rítmo de los que leen en voz alta que a veces es lentísimo y pone de los nervios. Me aburro mucho papá (con lágrimas en los ojos, no es coña).  Me encanta investigar cosas y aprender pero no lo puedo hacer y cada día es una pesadilla… muy de vez en cuando algo interesante se puede trabajar para  entender mejor. Tampoco entiendo la mala leche de muchos profes. Hay algunos guays que tienen buen humor pero muchos están todo el dia cabreados y incluso ante una sonrisa que hago ya me meten bronca sin saber nada o te dicen cosas cómo "siempre estás despistado"…. Cómo no voy a estar despistado cuando hemos empezado ese tema 10 veces y se ha quedado interrumpido por algo y hemos vuelto a empezar?? Quiero que se termine ya la ESO …. haciendo trabajos o escuchando cosas que no sé para qué me servirán…


Mi hijo expresó todo esto y mucho más visiblemente afectado. Yo le escuché con atención y entendí al segundo que hablaba de un profesorado que después de un trimestre no ha sabido ver en él sus habilidades increíbles para su edad en dibujo, su interés y conocimientos sobre la historia del mundo o sus capacidades y saberes sobre las construcciones y especialmente los motores, apartado en que puede explicarte perfectamente el funcionamiento de un motor de combustión. Tampoco se han enterado de su gran sensibilidad y empatía para con los demás  ni en su sentido extremo de la justicia y su capacidad de análisis de las relaciones entre iguales así como de la habilidad en captar y reaccionar a emociones ajenas. Se han fijado -eso sí- en sus momentos recurrentes de ensimismamiento y aparente empanada así como en sus despistes, olvidos y deficiente planificación. Se han fijado y se lo han señalado pero nadie se ha preguntado por qué ni ha tenido tiempo de enseñarle o sugerirle algún método. 


Explico todo esto no para evidenciar los talentos de mi hijo sino para evidenciar que absolutamente todos los niños tienen talentos innatos o aprendidos, facilidades para unas tareas y dificultades en otras, intereses y saberes diversos, sensibilidades distintas y maneras de ver el mundo particulares. Y ante esa evidencia estamos en 2024 anquilosados en un sistema educativo empeñado -como antaño- en la uniformidad, en el pasar por el tubo, en la norma y la disciplina pese a que los discursos oficiales vayan por otros derroteros.

Ni qué decir tiene que hay miles de profesores de secundaria obcecados en innovar y modificar los sistemas pedagógicos anticuados pero no han sido capaces ni probablemente lo serán nunca de negar la verdad más clara que no es otra que disponer de un sistema educativo de secundaria enzarzado en ser una mera preparación para el sistema productivo posterior en que los niños de hoy, ya adultos, deberán enfocarse en sus trabajos diarios para ser una pieza más del engranaje gigantesco al servicio de poderes superiores. 

Es esta una evidencia simple y muchos de vosotros al leerlo me tildaréis de "pasado de moda", trasnochado o tonto. Otros diréis que soy un exagerado. Pero me da igual. Tengo clarísimo que el sistema educativo (hablo sobre todo de secundaria) es un enorme mojón edulcorado y adornado de múltiples teorías educativas que fueron muy punteras en el momento de redactar el proyecto de la ESO, teorías y planteamientos enormemente avanzados que jamás han podido desarrollarse plenamente por el puro desinterés del estado y los poderes superiores. Desinterés evidente ya que plantear un sistema educativo avanzado  implicaría desarrollar mentes inquietas, críticas y novedosas que podrían poner en jaque al propio sistema. Sí. Se trata de un motivo y un razonamiento muy antiguo y sospechosamente izquierdoso pero es real. Si hubiera habido algún interés en realmente formar a ciudadanos críticos, innovadores, con herramientas personales (las que las empresas llaman "soft-skills") y potentes seguramente se habría diseñado una formación con el resultado de profesores de ESO expertos en Pedagogía, adolescencia y psicología evolutiva, seguramente se doblaría la inversión para tener más profesores por aula pudiendo atender la especificidad mucho mejor, seguramente se incentivaría el uso de tecnología avanzada en el aula, habría expertos en cada instituto para trabajar la educación moral, la ciudadanía y la mirada social, existirían profesionales expertos en educación emocional y educadores sociales trabajando en la parte de familia y convivencia, los chicos podrían diseñar proyectos propios y se desarrollarían conceptos como las inteligencias múltiples aportando bienestar, progreso y felicidad en el alumnado. Todo ello sería así, claro, si hubiera habido algún pequeño interés. Pero no es ni ha sido así y nos mantienen engañados (y a los profesores también) dejando que la ESO se caiga a pedazos junto a los pobres profesores (dónde muchos de ellos están haciendo de profes bien por casualidad o inercia de una salida laboral lógica para los de letras y algo más atípica para los de ciencias pero sin disponer demasiada idea en psicología adolescente ni una profundísima mirada pedagógica… como debería ser….y recalco, profundísima). Y no es una crítica al profesorado. Ellos se dejan la piel a diario. Se lo curran de veras llegando a la extenuación pero muchos de ellos terminan tan agotados que ya no tienen fuerzas para intentar darle la vuelta al sistema. Un sistema, no nos engañemos, que educa para sí mismo, esto es para la certeza que nada cambiará. 


Y nada debe cambiar para que los mismos poderes sigan sosteniendo el sistema ya no del mismo modo sino con una fortaleza y una virulencia inusitada. Es decir, se necesitan ciudadanos dóciles, adaptados al sistema productivo, acostumbrados a vivir en la carrera de la rata, acríticos, idiotizados por placeres diversos y absolutamente creyentes en las bondades del estado que velará siempre por ellos. El estado. Ese ente que hasta hace unos veinte o treinta años aún mantenía algunas características de ese antiguo "estado del Bienestar" pero que hoy día no es más que una organización mafiosa al servicio de entes superiores; un sistema liderado por una casta organizada entorno a causas que nada tienen que ver con la democracia, el servicio a las personas o el bienestar. Absolutamente nada. Y conste que me cuesta admitir esta realidad (que me aproxima peligrosamente a postulados de la extrema derecha actual que tanto habla de libertad) puesto que yo siempre fui un firme creyente en las bondades del estado del Bienestar en democracia. Pero la realidad es que cuando queda claro que el sistema democrático es una auténtica estafa, que el estado no trabaja para sus ciudadanos y que la casta política entera está al servicio de empresas superiores entramos en un agujero negro que sólo presenta la salida de la revuelta colectiva…. Ahh! La revuelta!! La revolución! El levantamiento de los ciudadanos contra los que oprimen sus libertades y coartan su evolución y dignidad!! Pero tampoco eso va a funcionar… ya se ha encargado el sistema educativo y todos los medios para que el ciudadano medio sea sólo crítico con los árbitros de los partidos de fútbol o con los concursantes en programas de televisión o con las noticias que nos presentan para que todos andemos con un pensamiento uniformado. 


Y si volvemos al título de este artículo nos encontramos con la noticia de esta misma semana dónde vemos que la justicia española acaba de prohibir Telegram  (sí, han leído bien, prohibir… con los matices que sean). O sea, que la justicia que se mantiene con nuestros salarios tiene capacidad para vetar un canal de comunicación libre (con escaso o nulo control institucional) y privarnos a todos los ciudadanos de información libre no controlada por el sistema. En este caso la excusa ha sido la piratería y en otros será protegernos de la pedofília o la deep web. Siempre encuentran una excusa para poder privarnos de información, para evitar que nos comuniquemos por canales ajenos al poder.  En este caso por Telegram se mueven millones de informaciones relativas a sistemas gratuitos de programación, información crítica no tamizada por las agencias de información, se desvelan chapuzas financieras y políticas, existen grupos críticos con el sistema dónde se construyen y comparten nuevas maneras de entender el mundo, etc. Y sí, una pequeña parte de Telegram tiene usos de piratería (aunque debería mirarse bien quien es realmente el pirata) y de actividades ilícitas como la venta de armas, grupos terroristas, etc. 


Como hemos visto disponemos de un sistema educativo estructurado para crear ciudadanos acríticos centrados en formar parte del engranaje laboral del sistema. Para rematarlo vivimos en una sociedad dónde los medios de comunicación libres se van a ir cerrando (siempre en nombre de la libertad, la justicia o la tontería que les venga en gana decir) y a ello iremos sumando centenares de movimientos políticos para seguir la misma hoja de ruta del control total del ciudadano. 


Pongamos que esta misma semana otra noticia importante se ha presentado: la UE acaba de prohibir el uso de las "Cold wallets". Para los que no lo sepáis, las billeteras frías son un hardware muy popular dónde los compradores de criptomonedas pueden almacenar sus activos de manera particular y poder traspasarlos a sus cuentas bancarias cuando consideren. Esto significa que cualquier ciudadano puede comprar en un “exchange” el activo que desee (bitcoins o lo que quiera) y irlo almacenando en su propia wallet quedando fuera de la red y fuera por tanto de los ojos del estado. Es un método seguro que permite a los usuarios tener la tranquilidad de controlar sus cryptos evitando la posibilidad de perderlo todo en caso de quiebre de la casa de cambio. Pues esta semana por obra y gracia de la UE ya se ha materializado la prohibición para que los ciudadanos europeos no puedan operar con estos aparatos. ¿La excusa? Esta vez ha sido la lucha contra el blanqueo de dinero cuando a todas luces se sabe que esta medida no representa ni una milésima parte del problema que podría abordarse desde una función mucho más selectiva en la investigación fiscal, acabando con los paraísos fiscales, las mafias banqueras y políticas de control severas en las grandes fortunas. Pero no. El sistema decide atacar a la libertad del ciudadano medio para impedirle de raíz el acceso a tecnologías que pudieran brindarle algo de independencia financiera en el futuro. El estado decide atacar nuestra libertad para almacenar misérrimos ahorros (que recordemos que también tributarían) para dejarnos claro sibilinamente y “por nuestro bien” que el control sobre el dinero no nos pertenece. 

Todos sabemos que este tipo de medidas son tan efectivas en lo práctico como disuasorias y “educativas”. En este caso y momento histórico (los albores de un reseteo financiero con la llegada de las divisas electrónicas) todas las medidas preparatorias son pocas para dejarnos a todos subyugados en el futuro a un sistema monetario en el que ya no tendremos el control sobre nuestro propio dinero puesto que la tecnología de blockchain permitirá al estado conocer y rastrear cada una de nuestras transacciones y dejará via libre a bloquearnos activos, obligarlos a gastar en determinados bienes, prohibirnos otros, etc. 


La coyuntura de crear ciudadanos acríticos y con deficiente formación humana y escasa mirada social junto a las prácticas de uniformizar la información que nos llega y los movimientos prohibitivos constantes en nuestras libertades atisba un futuro realmente aterrador. 

Una vez superado el sueño de la época de las democracias reales y los estados de bienestar nos enfrentamos ahora a escenarios imaginados por autores antiguos como Huxley o Bradbury y lo hacemos con una sonrisa en el rostro, seguros de que todo lo que se viene es por nuestro bien -tal y como ellos predijeron- y colaboradores con el sistema. 


Y no. No hablamos de un futuro lejano. De hecho el último paso hacia un poder dictatorial mundial -que ya existe- sólo consiste en la implementación progresiva de una serie de medidas políticas, sociales, económicas y humanas que ya están siendo preparadas desde hace décadas y que la tecnología ya permite llevarlas a cabo. Que se desarrollen con nuestra colaboración y sonrisa dependerá de cada uno de nosotros. 

Os recomiendo volveros a leer “Un mundo feliz”. 

domingo, 3 de marzo de 2024

REIVINDICACIÓ DELS PROFESSIONALS DE L'EDUCACIÓ SOCIAL


 

Sovint parlo amb companys del meu sector i d’altres professions lligades al benestar de les persones com personal de sanitat (pública i privada) o de la mateixa atenció a la infància en risc contractats o funcionaris de l’administració (craes, eaia, creis i d’altres) i me’n faig creus, absolutament, per la diferència abismal de condicions laborals a saber si un està sota conveni públic o privat (benestar, ICS o d’altres privats tipus St Joan de Deu) o està, com en el meu cas sota el conveni d’Acció Social d’infància en risc.

 

Quan parlo amb aquests professionals m’adono que el meu salari com a director i guardador legal d’un munt d’adolescents tutelats amb la responsabilitat impensable que això comporta està al nivell, per exemple, d’educadors/es de serveis públics i extremadament per sota d’educadors/es amb plusos especials (en el nostre cas no hi ha cap plus per a res) o de coordinadors/es, sotsdirectors/es i directors/es on la diferència pot estar per damunt dels 1000€.

Per a que els profans m’entengueu, hi ha un munt de professionals treballant en serveis residencials de protecció a la infància i adolescència que tenen unes condicions laborals absolutament incomparables a les dels seus companys/es de la funció pública i d’altres convenis privats exercint exactament la mateixa tasca amb idèntica responsabilitat.

 

He dedicat la vida a la meva feina i estimo el que faig a diari. Cada dia em llevo disposat a buidar-me en el que faig, a tenir cura dels adolescents amb tot el cor, aplicant una mirada educativa que amb el passar dels anys s’ha anat depurant i millorant sense perdre la capacitat de sorpresa, posant la meva mirada personal, les meves emocions i autenticitat tant com soc capaç. Estimo el que faig. Ho estimo de cor i crec cegament en el valor increïble que la nostra tasca aporta als nois i noies que atenem, a les seves famílies i a la societat. Crec fermament que tots els que ens dediquem posant cor i ànima (cert, no tothom ho posa tot) ho fem amb amor i al servei de les persones posant la nostra integritat (física i sobretot emocional) pel davant del que molts que no coneixeu la feina creuríeu. I ho seguim fent. Almenys jo ho seguiré fent per que em mou l’amor al que faig i també el servei als adolescents que tinc a càrrec, molts dels quals son ciutadans del nostre país que gaudiran d’un futur exitós o com a mínim digne.

 

I us dic tot això per que m’esparvera que, malgrat els anys, els aprenentatges, l’expertesa, els encerts (i desencerts), la professionalitat i l’amor que milers de professionals han posat en joc encara es considera que la nostra tasca (vocacional per se) no és un eix fonamental vertebrador del nostre país tant com ho pot ser la salut o l’ensenyament, per exemple. M’esparvera que milers de professionals que sostenen a diari a milers d’infants, adolescents i famílies segueixin invisibilitats i amb condicions laborals penoses si tenim en compte la immensitat i intensitat de la seva feina.

M’entristeix profundament que el sistema polític sols posi el focus d’atenció i per tant d’inversió en aquelles àrees de benestar social que són més universals com la sanitat o l’ensenyament (tot i les retallades) pel fet evident que es tracten de serveis bàsics universals, per a tothom i per tant objectes sensibles d’indicadors electorals. D’altra banda els serveis socials, els infradotadíssims serveis de prevenció o benestar universal i la resta com els del meu sector ja no són tan importants (des de l’òptica política) donat que tot i ser universals estan utilitzats per aquella població amb majors dificultats socials i ja sabem que aquests no son tant importants a l’hora d’anar al col·legi electoral. És evident que hi ha una població que importa menys.

 

Si el sistema polític estigués d’acord -amb una mirada de país i d’evident responsabilitat- faria molts anys que gaudiríem de serveis universals enfocats en el benestar i la prevenció tals com suport socio educatiu i psicològic parental i marental a les escoles, serveis extraescolars gratuïts, educació emocional integrada en tots els àmbits educatius formals i no formals, una xarxa de suport a la família per evitar situacions de risc i probables tuteles, una xarxa de suport professional potent per a sostenir els acolliments familiars, uns serveis de salut mental infantil, juvenil i per adults potent i no sols centrada en el símptoma, professionals atenent situacions de risc a domicili i amb intensitat i quan tot fallés o fos imprescindible una xarxa residencial més dotada amb professionals ben pagats d’acord amb la duríssima exigència de les seves feines.

 

Tot això no és així ni probablement ho serà mai donat que el sistema en el que estem immersos no mira pel benestar dels ciutadans sinó per la perpetuació del mateix i els seus sostenidors i l’aparell polític no posa la vista en el futur a llarg terme sinó en els simples quatre anys fins a la propera convocatòria electoral.

 

I la realitat és que en el nostre sector (i ara torno a parlar específicament de la xarxa residencial de Craes, etc sota conveni d’Acció Social) paguem els plats trencats d’aquesta política a dos nivells: per una banda és molt comú que acabin arribant a les nostres mans situacions familiars i de nois i noies veritablement insostenibles fruit d’ineficiència o inacció anterior, fruit també de la manca de serveis de prevenció i intervenció en territori tot esperant que des del Crae de torn l’equip educatiu obrarà el miracle de reconduir la situació i posant-nos tot el pes i responsabilitat si no aconseguim revertir la situació; per altra banda i amb aquesta responsabilitat brutal a sobre disposem d’unes condicions laborals lamentables -si tenim en compte la intensitat de la feina- posant al límit la nostra vida professional i personal. Unes condicions que serien impensables en altres àmbits, sectors o convenis. Per exemple us puc explicar situacions que jo visc en carn pròpia com viure 24 hores connectat a la feina podent rebre trucades en qualsevol moment de l’any i a qualsevol hora (exceptuant el meu mes de vacances) havent de presentar-me d’urgència a qualsevol lloc o a qualsevol hora, havent de respondre personalment per suplències sobtades (ja he fet al llarg dels anys 3 nits caps d’any, per a que m’entengueu) o urgències (imagineu-vos haver d’explicar a la família que el cap de setmana tant desitjat fora se’n va a norris el divendres tarda quan ja tenim les maletes fetes per exemple) i moltíssimes situacions més (moltes d’elles totalment impensables). Es tracta d’una dedicació total i absoluta que requereix d’una fortalesa mental i emocional brutal i que en el conjunt de la societat no es coneix. Penseu en professionals que estan 24 hores connectats amb la seva feina tot l’any i on, a més, es donen situacions que poden ser greus i on li sumem una responsabilitat personal (que pot ser penal) com a guardadors d’infants. Penseu-hi una mica.

 

Per suposat deixo a banda la realitat social que qualsevol informàtic, tècnic, enginyer, programador, etc que  com a mínim em doblarà el sou. Ja no hi entro.

 

Els que tenim cura de persones ja sabem que el reconeixement de la nostra tasca és irrisori comparat amb la responsabilitat de productivitat en el sector empresarial. Ho tenim assumit encara que mitja societat ens observi encuriosits.

Però tot i així amb el passar dels anys m’adono que hem de fer alguna cosa tant per a les persones que atenem com per a nosaltres mateixos.

 

Recordo una discussió amb una cap de RRHH d’una fundació gran on vaig treballar també com a director. Em va dir enfadada “tu saps el que cobres?”. M’ho va etzibar d’una manera que jo mateix em vaig quedar bloquejat sota la idea que ens han venut que la nostra feina te un component tan vocacional que implica acceptar uns sous i condicions d’acord amb el “sacrifici” que estem disposats a fer, com si fos injust, poc ètic o poc solidari el fet de demanar millors condicions. Si aquesta senyora em fes aquesta pregunta avui li diria alguna cosa així com “sí senyora, cobro moltíssim menys del que em mereixo, de fet cobro una merda per tot el sacrifici personal que faig i per tot allò que aporto a les persones més fotudes d’aquesta societat; i al igual que jo cobro una merda, els meus companys i companyes d’equip cobren merda i mitja tenint en compte el que han de sostenir, tenint en compte que posen en joc cada dia la seva autenticitat personal, les seves emocions i que sovint marxen cap a casa totalment buits havent donat el millor de sí mateixos, havent deixat bocins de sí mateixos en situacions tenses, tristes i de patiment d’altres, havent dedicat una energia poderosa basada en l’amor a infants que la necessiten, havent patit agressions, insults i plors (també tenim abraçades, petons i emocions positives increïbles), havent sostingut situacions inversemblants derivades de salut mental o de malestars incontenibles, havent tensionat la seva individualitat fins al límit, posant-se en joc com a professionals i exposant-se com a persones…. I ara digui’m senyora… cobrem massa per a fer tot això?, potser no es mereixen les persones que atenem uns professionals amb unes bones condicions, salaris, descansats i cuidats?”.

Avui li respondria això i molt més.

 

Avui m’agradaria que les persones que no saben sobre aquestes professions llegissin aquest escrit.

M’encantaria que polítics que mai no pensen en nosaltres com a mínim tinguessin consciència del que costa (en termes de desgast humà) sostenir el sistema de protecció a la infància d’aquest país i poguessin donar alguna resposta, llençar algun compromís de millora o simplement posar-nos en agenda. De no ser així han de saber que cada dia més professionals aniran entrant en un bucle de decepció augmentant la mobilitat professional i repercutint directament en els nois que atenem que repetidament aniran tenint pèrdues i més pèrdues quan el que necessiten en primer lloc es estabilitat de referents.

 

Hi ha professionals tan implicats en la tasca que, malgrat la queixa i la decepció, sempre prioritzarem l’amor a la professió i el benestar dels nois. Cert. Crec que soc un dels milers que així ho entenem. I puc parlar en nom de multitud de professionals assegurant que buidar-nos a diari i fer-ho amb felicitat és una gran sort. Així ho sento. Afortunadíssim amb el que faig i amb la il·lusió intacte com el primer dia. Si no fos així hauria abandonat el sector fa segles, segur.

 

Igual que jo, molts d’altres es deuen sentir feliços amb el que fan, malgrat tot, però amb aquesta sensació trista de no ser valorats i tenir unes condicions laborals penoses en comparació de la responsabilitat. En el fons és tota una declaració de principis des de l’aparell polític i es pot resumir en alguna cosa així com: hi ha vides que no importen tant com d’altres i no val la pena invertir massa en elles ni en la seva cura, de fet, sols allò imprescindible.

 

Repeteixo. Malgrat tot, il·lusió intacte.